Feministas sin el “cuarto rojo”

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Ser potencialmente feminista con aires de sumisión

Maravillosamente libres, etéreas, emocionales y plenas, qué más pudiera pedir la mujer del siglo XXI. Dueñas de su mundo, con seguridad y certeza de lo que son, sin embargo estas cualidades pueden llegar a intimidar a más de un hombre. Entonces te llevan a la disyuntiva de ser feminista en toda su expresión, pero en la relación de pareja, dan un paso a la sumisión.

 

¿Condescendientemente feliz o irreverentemente plena?.

El control, el poder y la fuerza no se imponen ante la rutina desgastante de las relaciones de pareja “sedentarias”. La mentes curiosas han revoloteado con el “pseudo erotismo” literario, y aunque muchas han visto una liberación de sus expresiones más íntimas a través de estas novelas, muchas han disgregado el valor de su sexualidad, su expresión y en otros espacios de la mente, dónde no hay un punto de retorno, restringir sus deseos para complacer a otros.

Y aunque el culto a la sumisión de la mujer, no hace reverencias ante un Christian Grey, la liberación de la mente humana ante los deseos más intensos quedó inmortalizada en letras mucho tiempo antes del éxito de la inglesa  E. L. James.

Un Homero, ya daba indicios de una pasión desmedida entre pieles masculinas y femeninas en La Ilíada. Y más aún en los tiempos antes de Cristo, en la India, yacía el «libro del amor» como le refieren al Kamasutra. Con más de 100 posturas sexuales totalmente explícitas. Pero la sumisión, el control y el placer a través de una mínima infricción de dolor se le atribuyen al Marqués de Sade. ¡Sí! en plena Revolución Francesa.

Su vida era un reflejo literal de sus prohibidas novelas. Los 120 días de Sodoma, Justine o los infortunios de la virtud, Juliette o las prosperidades del vicio, reflejan más de un infortunio sexual que para la época fuese considerado «la más grande abominación». Considerado el padre del Sadismo, un rebelde, un libertino, lo cierto es que brindó la claridad necesaria en la concepción de los deseos eróticos y la plenitud del ser a través de la sexualidad.

Según Erich Fromm, psicoanalista alemán, las parejas con dependencia emocional son más propensos a sentir deseos masoquistas y sádicos hacia su compañero, debido al miedo subyacente de quedarse solos. Sin embargo, en las diferentes escalas del dolor infringido se llega a un punto de concesión entre la pareja, el cual requiere de confianza, comunicación y honestidad.

Las mujeres del siglo XXI son enteramente determinantes, la claridad de su vida sexual dependerá del nivel de madurez con que pueda tomar control de ello, sin avergonzarse o menospreciar los detalles que le hagan sentirse plenas. La exploración del placer y lo gratificante será responsabilidad de la buena comunicación que logre con la pareja.

Conservar la irreverencia y la determinación será un punto a favor, para esa pareja que desea explorar de su sexualidad sin llegar a desgastar su relación. La dominación y la sumisión son conceptos que para Sigmund Freud toda conducta sexual degenera una actitud del ser. Pero hay que rendirle honores a la honestidad, el no disfrutar plenamente de la sexualidad es lo que “degenera las actitudes”.

Disfruta plenamente de tu existencia, sé libre en tu femineidad, que estos tiempos de “sumisión” sean la mejor oportunidad para reconocerte y vivir conscientemente. Es la era de las mujeres irreverentes. Si ya nos devoramos el mundo con el accionar, la actitud y el pensamiento, devorémoslo completamente.

 Rompetexto

No perdáis de vista que la felicidad del hombre yace en su imaginación, y que no podrá conseguirla si no satisface sus caprichos”. Donatien Alphonse François, Marqués de Sade. 1740|1814

 

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