Nuestra historia comienza un 21 de febrero , nos conocimos hace ya 3 años aproximadamente En una discoteca de esta cuidad desde que nos vimos sentí esa conexión que no se siente con todo el mundo, aquella atracción que te dice que naces conectado con una persona.
El me miro y sintió lo mismo, esa noche bailamos, intercambiamos números de teléfono y frecuentemente pasaba por mi al trabajo, y nos veíamos constantemente ya aquel encuentro se había hecho frecuente. Al pasar los días me di cuenta que esa era la compañía con la que yo deseaba despertar día a día.
Un día como cualquiera me dice que si quiero ser su novia sin pensarlo dos veces le dije que si, hasta el momento no me arrepiento cada ves que tomaba su mano o de tan solo sentir esa presencia cerca de mi sabia que estaba en lo correcto; el corazón no se equivoca.
Cuando pasaron dos años de aquel encuentro la convivencia seguía siendo magnifica con sus altas y sus bajas pero es tan maravilloso cuando una persona hace lo que sea por poner una grata sonrisa en tu rostro. Una noche como cualquiera llena de estrellas y de compañía, un buen vino me propuso ser su esposa; quizá el tiempo fue corto pero hoy en día ese ¡Sí! fue la mejor decisión que pude tomar.
Nosotros somos ejemplo de que los amores de una noche no siempre son perversos y crueles, si hay que ser precavidos; pero a veces no importa el día, el momento cuando dos personas están destinadas a estar juntas lo estarán pase lo que pase.
Esta es mi historia.