¡Desaloja a tu enemigo!
En una oportunidad, un esposo ayudaba a su mujer a bajar de peso, pero un día éste le llevo una torta el día de su cumpleaños, y ella por no rechazar de su marido el delicioso pastel, empezó a comérselo. Luego de haberlo hecho, empezó a sentirse mal porque estaba rompiendo con su dieta, sin embargo ella dijo en su corazón: “sé que estoy haciendo mal, aún queda más torta por disfrutar y no la puedo desperdiciar, comeré todo lo que pueda hoy, porque ya mañana no lo podré hacer.
En realidad, no sé si este caso te suena familiar, pero muchas veces nos hemos enfrentado a situaciones en la que pecamos a diario y es porque somos débiles en ciertas áreas de nuestras vidas. Sin embargo, volvemos una y otra vez a caer en lo mismo, deseando no hacerlo más. Incluso, casi siempre el deseo de cambiar suele dejarse para mañana y no hay frase más peligrosa que esa, porque el mañana no sabemos si existirá y el único momento que tenemos para cambiar es hoy.
Y puedo asegurarte que cuando fallamos, no es porque Dios nos tienta como algunos dicen por ignorancia, sino porque en nuestra naturaleza hay pecado ése que nos separa de Dios, “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” Romanos 3:23. Entonces, será en esas áreas de tu vida en la que hay pecado, donde satanás vendrá a tentarte. No olvides, que un gran enemigo es astuto y buscará tus puntos débiles para acabarte.
El pecado es solo un placer momentáneo, cautiva, enceguece, culpa, ata, encarcela y mata. Es como un bocado dulce pero que al tragar se vuelve amargo, quemando todo por dentro. “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo!”. Isaías 5:20. En definitiva, este es el camino que conduce a la muerte física y espiritual. Mata tu pecado o tu pecado te matará a ti. «Porque la paga del pecado es muerte…» Romanos 6:23.
En este sentido, “Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido” Santiago 1:13-14. Es así, como desde tu debilidad, serás tentado. Pero hoy estás a tiempo de tomar tu llave a la libertad y salir de ese agujero negro donde caíste por mucho tiempo, esa llave es el arrepentimiento y solo Dios puede limpiarte de tus pecados.
Te invito hacer esta oración conmigo y repítela en voz alta:
Señor Jesús, yo confieso con mi boca que tú eres el hijo de Dios, que moriste por mí en una cruz para darme vida, salvación y perdonar todos mis pecados, te recibo en mi corazón como mi único y suficiente salvador, renuncio a toda iniquidad paterna y materna, perdona mis pecados (Aquí nombra uno por uno, con nombre y apellido esos pecados) y hazme libre ahora Señor, inscribe mi nombre en el Libro de la Vida y no sea borrado nunca jamás. ¡Gracias por tu infinito amor!, ahora haz conmigo tu voluntad, dame sabiduría, fortaléceme, dirige mi vida y perfecciónate en mis debilidades, en el Nombre de Jesús, amén.
Yofeli Y. Vásquez R