Piensa en la siguiente escena.
Imagina que es un día cualquiera por la mañana y estás a punto de comenzar a desayunar. Ves cómo te sirven un par de huevos con jamón… mmm… ¡qué rico!
¿Que elementos (animalitos) intervienen (o intervinieron) para que tú puedas desayunarte esos ricos huevos con jamón?
Intervienen el cerdo (jamón) y la gallina (los huevos), ¿verdad?
Entre el cerdo y la gallina, ¿quién está involucrado y quién comprometido?
Si lo piensas por un momento, caerás en la cuenta que la gallina está sólo involucrada, pues sólo puso los huevos y se desentendió del asunto. En cambio, el cerdo se COMPROMETIÓ. Literalmente tuvo que DAR LA VIDA.
En el trabajo en equipo, para obtener los mejores resultados no basta con estar sólo involucrados (unos remando para un lado y otros para otro).
Hay que estar verdaderamente COMPROMETIDOS y enfocados, es decir, remando todos en un mismo sentido y de forma coordinada en dirección a una meta en común. ¿Estás de acuerdo?