¡Decisiones de vida!
¿Qué es el arrepentimiento?, según una palabra griega es “metanoeó”, que significa “cambiar de pensamiento”. Y en hebreo, es el verbo “shub”, que significa “volverse”, y ésta es la forma más clara de representar el arrepentimiento: “volverse del mal y volverse hacia lo bueno. Que hermoso concepto, pero en realidad ¿estaremos viviendo estas palabras?.
Es por ello, que muchas veces te has preguntando: ¿hasta cuándo seguiré cometiendo este mismo error?, ¿qué es lo que está mal en mí?, ¿intento cambiar pero vuelvo atrás?. A lo mejor, has llegado a pensar que ya no mereces más oportunidades, solo la muerte, culpando a Dios constantemente por lo que eres, a otros por tus fracasos y a ti mismo por tus malas decisiones o quizás, deseas cambiar pero que nadie te diga lo que debes hacer.
Sin embargo, no puedes confundir el arrepentimiento con el remordimiento, la persona arrepentida es aquella que reconoce lo que está haciendo mal y que su pecado la conduce al fracaso, entonces “decide” con firmeza no hacerlo más y se aparta de ello. Mientras que la persona con remordimiento se siente mal por sus acciones cometidas, “desea” no hacerlo más, pero termina fallando una y otra vez, manteniéndose en un círculo vicioso del cual no puede salir.
Por lo tanto, el vivir “la vida loca” haciendo lo malo no te dará la vida plena que esperas, no puedes cosechar arroz, esperando fresas. El pecado que cometes a diario solo te mantendrá atado, triste, fracasado, sin luz, enfermo, agobiado y un sin fin de males que te llevarán al borde de la verdadera locura, dejando claro que Dios no tienta a nadie, sino que cada quien elige su propio destino.
Por lo que, ésta es la razón de nuestros desaciertos y fracasos, porque hay un corazón contaminado en pecado, tratando de construir un jardín de flores, en medio de un basurero. Sin embargo, Jesús nos da la oportunidad de construir junto a ÉL una nueva vida y la única solución para no volver a tu pasado, revertir tu presente y cambiar tu futuro, es reconociendo de corazón tu pecado ante Dios, ese que te separa de ÉL y te lleva a la muerte.
“Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad” 1 de Juan 1:9. Recuerda Dios es Amor, Él no te condenará. Hoy estás a tiempo de tomar tu llave a la libertad y salir de ese agujero negro, donde caíste por mucho tiempo, es una decisión y en ti se encuentra esa llave y es el arrepentimiento. ¡Empezarás a disfrutar de un nuevo amanecer!
Te invito hacer esta oración conmigo y repítela en voz alta:
Señor Jesús, yo confieso con mi boca que tú eres el hijo de Dios, que moriste por mí en una cruz para darme vida, salvación y perdonar todos mis pecados, te recibo en mi corazón como mi único y suficiente salvador, renuncio a toda iniquidad paterna y materna, perdona mis pecados (Aquí nombra uno por uno, con nombre y apellido esos pecados) y hazme libre ahora Señor, inscribe mi nombre en el Libro de la Vida y que no sea borrado nunca jamás. Gracias por tu infinito amor, ahora haz conmigo tu voluntad, dame sabiduría, fortaléceme, perfecciónate en mis debilidades y dirige mi vida en el Nombre de Jesús, amén.
